Invitados


Julia Dron: artista plástica  http://juldron.blogspot.com/

Desenjaule, jauría de perros mansos, escenas de una fábula incompleta



Si hay algo de lo que me rodea es el mínimo misterio que emanan las cosas. Encontrar sentido a accidentes, coincidencias  a los hechos intrascendentes. Hilvanar el relato en cada cosa que hago.
En relación a mí mundo  a lo que pinto y dibujo tiene que ver con todo esto , con la mutación que voy realizando en las imagenes que construyo. Todos los animales que pinto son aparentemente apacibles pero en su realidad están defendiendo un territorio, apropiandose de su espacio, observando el misterio de la cotidianidad, se encuentran en luchas diarias, se asombran de los acontecimientos del día a día. Recrean escenas de rareza y misterio que de alguna manera los salvan de la alienación y de seres oscuros.
Aparecen en mis imagenes situaciones temerosas a su vez, un perro que se va deshilachando y se convierte en madeja de hilo, una cebra que se desdobla convirtiéndose en dos. Un grupo de lobos humanizados o humanos vestidos de lobos que esconden un secreto y algo que les brota de sus cabeza como franjas de colores energéticas, desbordes de la naturaleza, etc
Muchos dibujos representan perros mansos, existe allí, algo que me conmueve y que tiene que ver con lo apacible de las miradas de los canes en si. Estos perros fueron cobrando tintes salvajes, convirtiéndose en lobos o lobeznos algo melancólicos y con una tranquilidad superficial.
La figura del lobo me resulta interesante en  la conciencia femenina , uno de mis refentes literarios fue el libro Mujeres que corren con los lobos, de la autora Clarissa Pinkola.Se exhibe la idea de jauría y de cómo la mujer en algún momento de su vida visibiliza un ser oscuro, parecido a un lobo que hace entrar en alerta la conciencia femenina. Un depredador que azora en la psiquis.
Este libro habla de la relación de la mujer con los lobos, rescatando elementos comunes que hacen que despierten en la conciencia  este salvajismo para vencer seres oscuros en el trascender de la vida.
Me interesa y encuentro referencias en el realismo mágico traído de la literatura, así como también los cuentos de hadas, el misterio, la rareza, la in completud, lo fantasioso.
Siento que adoro la quietud antes de la tormenta y la poesía que decanta...  la naturaleza a veces es una mancha, y las manchas muchas veces son energías o climas. 
Todo habla desde mi, lanzo el color ,construyo la forma, junto los objetos de mi casa, miro los ojos de los perros, hago memoria de mis sueños recurrentes y espanto a mis fantasmas.
Armo la poesía cuando ando bicicleta construyo mis relatos, ficciono mis diálogos con el mundo deshilvano la madeja, le hago un nudo, lo desato enhebro palabras , envuelvo de hilos todo lo que me sorprende y todo lo que me conmueve.



De la serie Bosque rítmico verde, 2011










Óleo en tu cara el azul se ve brillante en tus mejillas
Es perfecto.
Cerca de la puerta los pinceles sucios,
estas sonrientes inhalando trementina
Tus cuadros son horribles
pero tu cara queda hermosa después de esas jornadas. 

                          








 Manuel Moretti: cantante, compositor. http://www.losestelares.com.ar/                  
los libros de Manuel
El proyecto inacabado de convertirse en escritor; sus libros para no olvidar y las distintas etapas de encuentro con la escritura.



Hay una idea que ronda la cabeza de Manuel. Que cada tanto se mantiene quieta, dormida y luego vuelve a aparecer. La de la vida, otra vida, pendiente, sentado en su casa... lejos de los escenarios y dando cuenta de un universo íntimo. "A veces fantaseo con tener ochenta años y estar en mi casa, dedicándome a escribir una novela, al lado de mi mujer… una mujer que no me pida mucha sexo”. "Fue un proceso con momentos bien diferentes… Hubo momentos en que escribir fue desesperado, veía todo oscuro. También empecé a encontrar algunas imágenes que me liberaban. Primero fue catártico, después fue expresivo. Ahora me emociona cuando consigo decir o encuentro imágenes más íntegras y hubo un libro importante para mí… Uno de éstos, me lo pasó Marcelo Rodríguez Gaitán [un gran dealer de recomendaciones literarias, al que sus amigos definen como un lector con buen gusto] después del primer disco de Estelares. Tiene que ver con una segunda visión del solitario –el lunático solitario ya se había recuperado y la fe aunque sea en un libro; una posibilidad de volver a creer era importante– y es El fin de la aventura, de Graham Greene". Con los libros de Manuel podría hacerse una escalera. Para que baje del cielo; para que se quede en este mundo real y deje atrás las mañanas del aviador. 
“Me gustó El gran Gatsby, de Fitzgerald, aunque me pareció más maduro, más fino y más personal Suave en la noche. Me encantó por su estilo y la habilidad para hacer un retrato de época Bullet Park, de Cheever. Me quedé enamorado de Boquitas pintadas de Puig. Ese hombre que vive en las pensiones que tenía tanto que ver con el hombre del interior que soy yo; con esto de saberme del interior… Me conmovió mucho Manuel Mujica Laínez, por su manera exquisita de narrar. Tan exquisita que me dejaba un poco afuera. Me voló la cabeza de Conrad, El corazón de las tinieblas; cómo contar una aventura hacia el infierno. Me impresionó La balada del álamo Carolina, de Haroldo Conti; la representación del escritor nacido en Chacabuco que narraba la ruralidad. Mi ruralidad que había leído en Faulkner, en Mientras agonizo, y me había encantado la descubrí después en Conti… Glosa, de Saer. Me pregunto ¿cómo hacen estos hijos de puta para escribir 600 páginas y con esa naturalidad al hablar; con ese cinismo y esa chifladura? en novelas gigantes como El mundo según Garp, de Irving o Las correcciones, de Jonathan Franzen; son esos libros demenciales. Me producen admiración los tipos que consiguen escribir una novela o un cuento largo como a veces pienso que es El juguete rabiosoEl perseguidor… aunque toda esa cosa francesa… No. Mentira. Está buenísimo. Me leí las biografías de Miles Davis y Días difíciles, de Dickens”. Para, piensa, toma aire. “Me relaciono mucho con el estilo y el don de los escritores. No tanto con la historia que cuentan sino con cómo. Y, básicamente, me conmueve la profundidad. Si no hay eso, tenés que tener al menos unos atributos de estilo como Foster Wallace; que hace lo que quiere. Me gusta además de ver el talento pescarles de dónde vienen...
Me llena de alegría y de orgullo que Fabián [Casas] sea mi amigo. Lo conocí a través de Lingenti, que nos juntó a cenar. Es un hermano generacional, con la diferencia de que él es de Buenos Aires; yo soy del interior. Fabián tiene una voz propia y eso para mí –que soy tremendo como lector– es genial. Le agradezco que me haya hecho conocer a Zelarrayán, el mejor poeta argentino que he leído. Y, sobre todo, le admiro este amor que tiene por la literatura haciéndose cargo… Yo tengo amor por la literatura sin hacerme cargo. Alguna vez había empezado a escribir una novela sobre un hombre que se enamoraba de una bailarina de tango y se volvía tan loco de los celos que quería matarla… Antes de cometer ese crimen dejé de escribirla. Si volviera a escribir una novela ya no sería esa. Mi escritura, mi mundo han cambiado mucho”.